miércoles, 23 de marzo de 2011

Deduzco por tu Concupisciente mirada que quieres...

pro-VOCA-rme, y a mi, ¡vaya dos! ¿a qué hora te paso a buscar?, esto no es sano, eres un vicio, déjalo estar, así no podemos seguir. No me tortures más, apaga mi sed, acabo de ver lo que me dicen tus ojos, no aproveches mi debilidad por ti. No sé que eres, pero no eres bondad, tentación es tu apellido, lo sé. Tu sensualidad es mi regresión a lo más primitivo de mis instintos, como un animal desesperado, yo te encontraré.


 "Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte".

La Biblia, Epístola Universal de Santiago, capítulo primero versículos 13 al 15.

No hay comentarios:

Publicar un comentario