viernes, 27 de julio de 2012

La gente miente y la gente que juzga es la que más miente.
Aquella Alma Mater de vestido y vertiginoso tacón, con una fina crucecita en el cuello exhibía tanto sus aterciopelados pechos en aquel antro que podía haber atraído a cualquier hombre o mujer del local así como a un infante famélico.
La última vez que me quedé embarazada de mi no-novio imaginario, apenas se oía teclear en las bibliotecas ni las colillas tenían licencia urbana. Nada ocurrió, meses después y no fui la única en alegrarme.
Me encantas,¿te lo he dicho alguna vez?, somos como dos almas gimelas.
Amor Absurdo vs Humor Platónico, ¿quién ganaría?