Pensamientos sin meditar para poder dormir cuando sube la marea
viernes, 27 de julio de 2012
Aquella Alma Mater de vestido y vertiginoso tacón, con una fina crucecita en el cuello exhibía tanto sus aterciopelados pechos en aquel antro que podía haber atraído a cualquier hombre o mujer del local así como a un infante famélico.
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