miércoles, 10 de febrero de 2010

Sabia Impermanencia

nada es lo que es y cuando lo perci-Ves ya ha mutado.

Me quedé en el dulce despertar del domingo, todo fluye y sigo anclada en el recuerdo, tímidos trazos de carboncillo que pasaron a auténticos lienzos.

No me puedo resistir, no puedo negarte más, la Di- Solución es necesaria para el Crecimiento, tengo que dejarte morir para que evoluciones.

En aquel momento la Curiosidad mudó a Temor; miedo a lo desconocido, al fracaso; pánico al contacto, al rechazo, por la impotencia de no tener el control sobre la situación.

Siendo consciente que tarde o temprano debería actuar, respiré hondo y decidí enfrentarme cara a cara, para superar ese tierno pánico.

Imaginé un duelo entre iguales, una danza de espadas, mi impericia como tiradora fue adoptar una simple e impulsiva estrategia: atacar hasta ganar o perder, resultabas tan atractiva con semejante dominio del acero, movimientos tan correctos como agresivos, me cortabas las respiración al defenderte de mis intensas tiradas, ante mi torpeza intentaba distraerte con palabras, pero era imposible, el combate era incontrolable, nada atendía a la razón, los movimientos inteligentes y meditados no servían en este desafío, era más que una lucha, más que un baile, pura seducción, me sorprendistes con tu estoque más sincero y degollaste el temor. Entonces me quité la máscara y con brusquedad arranqué la tuya, me encaré quedándome tan cerca como jamás habíamos estado, para poder descubrir en qué nos habíamos convertido.

Pez Avioneta

1 comentario:

  1. Tras una lucha intensa, el desconcierto nos sorprende cuando descubrimos realmente quiénes somos. Quitarse la máscara nos convierte en polvo de ceniza. Seguir con la máscara nos hace mantener la ilusión de que somos fuertes guerreros que podemos con todo.

    ResponderEliminar