sábado, 4 de septiembre de 2010

Maldito Pez Pirata

tengo un agujero en mi bolsillo, por donde todo el dinero se ha ido y tengo muchísimo trabajo que hacer con tu corazón, porque está muy ocupado, el mío no lo está, o eso quiero creer.
Loving strangers, loving strangers, loving strangers, oh...
Es sólo el comienzo del invierno y estoy sola, tengo mi ojo puesto en tí y quizás... algo más, aunque eso es lo de menos, ahora no lo voy, ni lo quiero pensar.
Dame una moneda y te llevaré a la luna o regálame unas horas más y te devuelvo al mismo cielo, o lo más cerca que pueda de él, te llevaré lo más alto que las azoteas me dejen, subiremos a los tejados como dos gatos callejeros, sólo quiero que pongas la banda sonora y que la hagas conmigo.
Un poco de música en nuestros intermitentes encuentros, sólo te pido alguna canción que me haga llorar, por sentirme tan desnuda cómo en el Círculo, otra que me pongan los pelos de punta, por escuchar palabras de atrevimiento erótico y una última que me haga sonreírte de admiración plena y no creas que te estoy exigiendo mucho, si te buscas, te encuentras y créeme vida, sabes hacerlo y se te da bien, y muy, muy bien.
Tengo suerte de que aún no te lo hayas creído, o no seas consciente, ya te lo hice llegar al otro lado del charco, somos únicos y a cada uno se nos otorgan ciertas características que son excepcionalmente fuertes y que pueden llegar a convertirse en talento, hay que esforzarse.
Dame un tiramisú, un café o una cerveza y te besaré como una tonta, merecerá la pena el sonrojarme, el atreverme, el agachar la cabeza por sentirte tan cerca. Como esos abrazos que nos dejan sin respiración, cómo las escaleras mecánicas que ponen nuestras bocas a la misma altura, cómo verte delante de una foto original en blanco y negro o un texto y que me provoques esa agradable sensación de torpeza, de ser incapaz de leer más que la radiación que mi cuerpo inhala por tu proximidad, me perviertes, me disturbas, me enloqueces, me haces suspirar, eres mi insomnio, mi sentencia, mi chupito, mi perdición, mi vicio, mi paga extra, mi capricho de hoy, no lo sé mañana.
Quiero tararear tus melodías; quiero que suenen de fondo cuando esté dormida; quiero ser tu grupi-yeyé, tu mejor anfitriona; quiero que me seduzcas con tus letras; quiero sentir cómo tus acordes me penetran; quiero gastarte; quiero que me poseas y me acaricies con tanta delicadeza cómo a tu guitarra; quiero tener sobredosis de ti y gritarte "prou"; quiero que toques la armónica en mi boca; quiero que me agotes, me extasies; quiero qué caduques de estar tanto tiempo en mi nevera horizontal y no me importa empacharme o envenenarme de ti o cansarme de tanto que nos hemos consumido; quiero que todo se acabe para que empiece, ya.
Amantes desconocidos, amantes desconocidos, amantes desconocidos, oh…

Pez Capricho

Basada en la canción de Russian Red, Loving strangers.

1 comentario:

  1. Pequeñas partículas intentan asomarse en el borde de mis párpados, creo que la gente les llama lágrimas.
    Bravo!

    ResponderEliminar