miércoles, 24 de febrero de 2010

Voy a inventar

un Caramelo juntando las mejores esencias,
aquellas que he ido robando y guardando con mucho tacto en botecitos de cristal, quiero encontrar la mezcla perfecta para que no quede ni muy dulce ni muy salado, será de un sabor... que ahora es indescriptible, aún, pero la explosión de sensaciones, aunque sólo dure unos segundos, me embriagará para el resto del día.
Su toma no hará mis tareas, no me hará rica, no borrará los errores cometidos, no desaparecerán los miedos, no me convertirá en inmortal, pero me provocará un estímulo sensorial que si aprovecho el impulso quizá me pueda proyectar desde dentro y bofetear mis rinconcitos dormidos.

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