lunes, 15 de marzo de 2010

La Reminiscencia del Vino

es lo que encontramos al llevárnoslo a la Boca.

Afirmar que el Conocimiento en el hombre es Innato; y que su tarea en la vida es ir Recordando todas las cosas que su Alma ya conocía, las cuales, como consecuencia del proceso de encarnación, habían sido olvidadas. Es la llamada "Teoría de la Reminiscencia" de Platón, consiste que el Alma del ser humano, conoce ya la Verdad antes de encarnarse en el Cuerpo. De esta forma, no es posible para el hombre ampliar sus conocimientos, puesto que éstos se encuentran en él desde su nacimiento, sino tan sólo sacarlos a la luz, Recordarlos, y esto es lo que nosotros llamamos "Aprender" y si lo adecuamos al Ciclo de la Vid, la cual su planta permanece en reposo desde noviembre hasta marzo donde con el calorcito aparece el Lloro, como un bebé cuando nace y empiezan a salir sus primeros brotes y hojas, luego en mayo su floración fecunda formando los racimos. Llegado el mes de julio la vid alcanza su madurez, las uvas cambian de color y de acidez a dulzor hasta septiembre y se concluye con su Vendimia en octubre para dar paso a su elaboración.

Luego una vez embotellado, y ya en nuestras mesas, al descorcharlo surge la magia, el vino despierta, se oxigena, respira profundamente y empieza a crecer, abre los ojos y se despereza, espabila, se vuelve astuto y avispado, se hace apto y capaz, se vuelve inteligentemente poderoso y recuerda...

Evoluciona y se manifiesta, colores, olores y sabores diferentes, pura regresión hecho caldo sagrado, cada uva desde su experiencia, transmite, como la Sauvignon Blanc cuando se enorgullece al acordarse de cuando jugó en aquel campo de rugby con el Césped recién cortado, o la Tempranillo que sonríe al rememorar que una vez cuando era niña robó un puñado de Piruletas, Moras y Fresas en la tienda de golosinas, o la Syrah se alude a cuando se pasaba por un jardín antes de clase y arrancaba Violetas para regalárselas a su profesor y eterno protagonista de sus sueños, o la Malbec reconoce sus adicciones al Chocolate y al Café intentando silenciar sus sofocos, o la Chardonnay invoca cuando visitó Paris sola a escondidas de sus padres y mientras comía un Croissant que parecía como morder pura Mantequilla se puso a coquetear con un desconocido, o la Merlot se confiesa cuando se construyó su propia casita de Madera en el árbol para abalanzarse contra su mejor amigo y conseguir más que un beso...

No hay mayor Placer que descubrir los Secretos que cuenta la cata de la Elegancia hecha bebida.

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